Hay que matar una primera vez para poder plantearse un deicidio
Somos ilusorios a los ojos del resto porque no hay pregunta formulada, sólo contemplación; y en un mundo sin preguntas no existe la experiencia, y esta, con el paso del tiempo se pierde, y con ella toda implicación. Tras todo el tiempo en que no importamos, sólo somos cuerpo vivo, la boca se pudre y todo es acidez. ¿Quién va a saber responder cuando se abran otra vez las puertas?
Si el tiempo transcurrido ha mellado lo suficiente sólo nos contestaremos a nosotros mismos...a la misma segunda persona que nos adjudicamos en nuestra mente y responsable de todo lo que nos recriminamos, única compañera de verdad, tanto, que no contempla amarnos; así pues, única enemiga de nuestra participación en la existencia.
El gran logro del futuro es aniquilar esa voz en segunda persona, herencia infecta de la religión y primer agente de control social.
Todo supuesto sistema de defensa no es más que un síncero pánico a esa omnipresente voz, y todo ese pánico no revela más que una clara efectividad autodestructiva de toda iniciativa.
Etiquetas: Cronista de un tiempo-ahora
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