Vacaray

Desdén divino procuras a mis imperfectas y lanudas dimensiones.
Mentirosas y piadosas pasan lejos del vientre muerto en que estoy naciendo.
Mi figura de borrego no te ofrece nada, y de nada me alimento;
sólo la oportunidad de deshuesar un sueño y volver, otra vez bajo mi roca
...y en su altura suficiente el astro paciente de mi prado y mi rebaño;
y mortecino, blanco y no tan puro donde amantes creen ver
a sus recordadas figuras de rodada piedra: becquerismo en su beso.

Mi nombre es vacaray y no tengo suplicio alguno porque no me endulza nada,
¡miente otra vez, porque todo es nada y yo soy nihilista.
Porque todavía ser de superior umbral quisiste ser al nacer.
Soy lo que sobró en el reparto: huérfana memoria que errará otra vez sus pasos.

Ninguna muerte recuerdo...salvo la que me hizo nacer.
Ninguna muerte sospecho...salvo la que me aporta el nacer.

Insulsa alma perfumada de sinsabores de ti. Te duelo, te sangro, te añoro cuando escapé del redil; pero, ¿qué puede sentir este pobre vacaray?
Mi sangre riega aliagas, que me enseñaron, anoche, por donde debía venir.
Pero, ¿qué amor puede vivir entre el nacer y el morir?
Cuando tu seas mi madre yo seré tu vacaray.


Vacaray: ternero nonato extraído del viente de su madre al tiempo de matarla.